Ventajas de las ventanas de PVC versus las ventanas de madera

Sería erróneo considerar a la madera como un material ilimitado y de bajo coste. A pesar de que hoy existen bosques industriales y programas privados para la reforestación, estos no suplen la demanda de madera necesaria para fabricar ventanas de calidad. Las especies empleadas para la fabricación de ventanas son de crecimiento lento – en torno a 300 años –, por lo que los árboles que se talan hoy no podrán ser reemplazados hasta dentro de varios siglos.

Además, el coste de transporte de la madera desde zonas tropicales y los tratamientos necesarios para hacerla resistente a la acción ambiental y el ataque de los insectos aumentan considerablemente su precio.

Por contra, el PVC es el material más completo, competitivo y eficiente de aquellos utilizados en la fabricación de ventanas y puertas. Y así se pone de manifiesto en la normativa que regula la construcción en España, el Código Técnico de la Edificación.

Alternativas a la madera

Afortunadamente hay alternativas para paliar la destrucción de los bosques, mediante materiales de larga vida útil, asequibles y con propiedades que la madera nunca podrá alcanzar.

El PVC para la fabricación de ventanas, tanto en obra nueva como en reformas, es uno de estos materiales.

Gracias a su constante desarrollo, las ventanas de PVC son la alternativa perfecta a las ventanas de madera.

PVC, un aislante de bajo coste

Si bien la madera en un buen aislante que reduce las pérdidas o ganancias térmicas de la ventana, requiere un mantenimiento constante a lo largo de los años.

El PVC también es un excelente aislante que reduce drásticamente la factura de climatización (frío/calor), pero que sólo necesita un poco de agua y jabón neutro para estar como el primer día.

Asimismo, cualquier arañazo superficial no es un problema por la constancia del material en la masa del perfil de PVC.

Por tanto, entre el PVC y la madera, aislantes naturales, sólo el PVC mantiene su apariencia y acabado superficial con muy poco mantenimiento.

El detalle de la geometría

Existe un espesor límite al cual se puede cortar la madera antes de que pierda totalmente su resistencia.

Esto es crucial para el correcto diseño de los perfiles de cualquier sistema moderno de ventanas.

Las ventanas de madera están limitadas por la propia naturaleza del material. Es imposible, por ejemplo, perfilar sofisticadas cámaras de alojamiento de juntas para un eficiente control de la infiltración del aire y el agua a través de la ventana durante toda su vida útil. Asimismo, el alojamiento del herraje que da movimiento a la ventana debe ser preciso para que éste pueda funcionar año tras año sin problemas.

El PVC puede ser extruido en el espesor exacto manteniendo su superior resistencia estructural.

Esto permite que tanto las juntas como el herraje puedan funcionar de acuerdo a como fueron diseñados, manteniendo elevadas propiedades aislantes, térmicas y acústicas, durante toda la vida de la ventana, con el consiguiente ahorro energético y confort para el usuario final.

Pero eso no es todo, ya que, si bien la madera es un buen aislante, es imposible fabricar perfiles con cámaras para ventanas de este material. Al contrario de lo que ocurre con los perfiles de PVC, que incorporan cámaras que dividen su espacio interior, de modo que las temperaturas extremas (de frío o calor) en el exterior no llegan a estar en contacto con la temperatura de confort en el interior de la habitación.

El PVC no necesita de clavos, grapas o tornillos para unir los perfiles en las esquinas, ya que, aprovechando las propiedades termoplásticas del material, éstas se sueldan mediante la aplicación de calor, dando como resultado una esquina totalmente estanca y de alta resistencia.